miércoles, 30 de enero de 2019

* Ciber-cultura *

***Muy buen mediodía de Miércoles para todxs.

Bendita tormenta que ha venido a frenar la ola de calor insoportable aquí, pero que en Buenos Aires aún tiene a unos 70 mil usuarios sin energía eléctrica.

Pausa para reflexionar sobre algo que venimos tratando aquí y es la parte negativa de la tecnología que juega en contra de nuestros naturales intereses.
Internet no es para cualquiera.., y lo tenés ahí en tu teléfono móvil todo el tiempo, y que si bien tiene distintas ramas o partes, todas forman parte de lo mismo.

Cuando digo que Internet no es para cualquiera me refiero no al uso, sino al mal uso, que va a depender mucho del individuo y su capacidad de comprender para qué lo usa y qué provecho le saca, o en su defecto, el grado de daño que le va a provocar.

Interculturalidad, es una palabra muy importante que encierra muchos conceptos para los cuales no todo internauta está preparado o capacitado, y que al no estarlo cae en los juegos perversos que idénticamente podemos ver en la vida real, por ejemplo cuando se habla del *distinto*.

Ha sido un placer para mí compartir con ustedes miles de cosas en éstos 7 años, y el mayor placer ha sido descubrir que he podido interactuar mayormente con personas que no son de mi propio país, y ha sido bueno porque pudimos integrarnos, mezclarnos, prestarnos cosas unos a otros desde la diversidad, y centrarnos en objetivos comunes, ante lo cual la interculturalidad nos cohesionó, en lugar de dividirnos.

Creo que eso ha sido sacarle un gran provecho al ciberespacio, es no permitirle que reemplace a nuestra vida real sino que le aporte cosas, y entre todos poner en práctica cosas positivas en nuestra vida real.
Claro..han habido casos negativos, siempre van a estar, pero en su inmensa mayoría puedo afirmar que éste contacto de ida y vuelta entre ustedes y el Editor, ha logrado formar un equipo invisible de personas que en el marco de la tolerancia y de las ideas y anhelos comunes, nos hemos dado un valioso espacio para enriquecer nuestros conceptos, un uso del ciberespacio positivo para la gran mayoría.

Quiero compartirles algunos conceptos muy interesantes del libro *Conciencia, cibercultura e interculturalidad*, de Salvador Pérez Álvarez.

Espero les sea de suma utilidad.



Las nuevas formas de socialización que están teniendo lugar en los entornos virtuales 2.0 no consisten solamente en informar o expresar una mera opinión o una simple idea sobre un determinado hecho o acontecimiento a los demás, sino que cada vez más frecuentemente son empleadas las mismas para manifestar emociones, sentimientos, convicciones y/o formas de expresión culturales que conforman la esencia de cada yo que se está comunicando con los demás internautas de la misma manera que lo hace en seno de su familia o grupo o colectivo al que pertenece. 

El carácter on line del medio no resta intensidad ni humanidad a las emociones que experimenta la conciencia del sujeto al expresarlas, sino que es exactamente la misma que sentiría si las manifestara a los demás cara a cara en todos los ámbitos analógicos donde se proyecta su vida social o comunitaria. 
Este tipo de relaciones sociales no sólo no sustituyen a las que tengan lugar en los entornos analógicos, sino que en la mayoría de los casos favorecen que este tipo de encuentros se produzcan cada vez con más frecuencia, una vez superadas las barreras espacio temporales.

El término *ideología* hace referencia al *conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc…*. 
Ahora bien, la ideología subyacente a cualquier cultura no comprende única y exclusivamente los actos del entendimiento o pensamiento humano, sino también aquellas ideas en que se fundamenta el raciocinio humano y que, como advierte Ortega y Gasset, *constituyen el continente de nuestra vida y, por ello, no tienen el carácter de contenidos particulares dentro de ésta*. 

El conjunto de ideas que forman parte de la esencia de la realidad personal de cada sujeto, son definidas por el citado autor como creencias que, a diferencian de las simples ideas, opiniones o pensamientos, son consustanciales a la propia identidad personal del ser humano.

Las ideas fundamentales o creencias constitutivas de una ideología se confunden con la realidad misma y las percibimos como propiedades inseparables de nuestra identidad a través de su conciencia, esto es, *la propiedad del espíritu humano de recocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta* como un individuo yo distinto a los demás. 
La ideología es lo mismo que la conciencia, pero definida por su objeto formal. 
Si hablamos desde la perspectiva de la capacidad para la auto percepción como sujeto diferenciado y libre, hablamos de conciencia, mientras que si queremos referimos fundamentalmente al sistema de convicciones en las que se concreta como resultado esa percepción, hablamos de ideología.

Así entendida, la conciencia es uno de los cinco grandes factores o atributos esenciales de la personalidad del ser humano que se encuentra íntimamente relacionada con el
de la cultura, según el modelo teórico de Types y Christal. La cultura se caracteriza, entre otras notas, por su carácter dinámico, por lo que las señas de identidad culturales de cada sujeto pueden cambiar o asumir nuevos valores o creencias cuando entra en contacto otras culturas, ya sea de manera individual o colectiva. 

La incorporación de estos atributos nuevos a la esencia de la personalidad tiene lugar mediante un conjunto de actos cognitivos que afectan a su ideología o conciencia que, al cambiar, se convierte en la fuente subjetiva de la construcción de la nueva forma de expresión cultural que nace del diálogo intercultural entre los individuos y/o los colectivos culturales, tanto en el mundo real como en el Ciberespacio.

Conciencia y sabiduría digital

Las formas de socialización que tienen lugar en el Ciberespacio constituyen uno de los paradigmas contemporáneos de la interculturalidad en general y de la Cibercultura en particular. 
Los encuentros y las comunicaciones entre personas de culturas diferentes que tiene lugar a diario en este contexto social no sólo depende de la inteligencia cultural de cada persona, sino también de sus competencias y destrezas en materia de inteligencia digital que constituye una de las inteligencias múltiples que puede incorporarse al raciocinio humano como una capacidad del pensamiento o de la propia conciencia, mediante el aprendizaje y desarrollo de las destrezas y competencias necesarias en el uso y el manejo de las tecnologías de la sociedad de la información y del conocimiento.

En concreto, este tipo de inteligencia depende de la sabiduría digital de cada sujeto, que siguiendo la propuesta de Prensky puede ser definida como *la capacidad para encontrar soluciones prácticas, creativas y de contenido apropiado, y la satisfacción emocional que implica dar soluciones a los problemas humanos*, a través de las tecnologías 2.0 que sirven de soporte técnico al Ciberespacio. 

Bajo este punto de vista, la inteligencia digital es, pues, un atributo del pensamiento y, por tanto, de la conciencia humana, cuyo desarrollo capacita a los individuos para que tengan acceso a la información globalizada que circula en la Red, y a los sistemas de participación y de comunicación que representan los entornos virtuales 2.0 como elementos esenciales para el ejercicio de competencias ciudadanas en las sociedades contemporáneas.

La adquisición de las competencias necesarias para el desarrollo de este tipo de inteligencia en base a procesos de aprendizaje metacognitivos, varía en función de que se trate de un nativo o un inmigrante digital. 
Los inmigrantes digitales son aquellas personas que han nacido en las últimas décadas del siglo XX junto antes de que se produjera la Revolución Tecnológica que marca el inicio la Era Digital; mientras que los nativos digitales son quienes han nacido en los albores del siglo XXI en aquellas zonas geográficas donde se ha generalizado el uso de las tecnologías de la sociedad de la información y del conocimiento.

De acuerdo con las tesis de Prensky, el hecho de haber crecido en esta era ha hecho posible que desde el dato biológico de su nacimiento, los nativos digitales se encuentren familiarizados y, lo que es más importante, hayan desarrollado parte de sus capacidades cognitivas junto a los diferentes tipos de soportes tecnológicos del Ciberespacio, que les ha permitido adquirir habilidades y destrezas en relación con el uso y manejo de los mismos de forma natural y profundos cambios en la forma de pensar, de procesar la información y de relacionarse con los demás frente a las prácticas más tradicionales propias de quienes no lo son. 

En este sentido, están acostumbrados a recibir información de manera casi instantánea, procesarla en paralelo y desarrollar las destrezas necesarias para desarrollar tareas y actividades y socializarse cuando están conectados en el Internet de las cosas.

Los inmigrantes digitales no han tenido ocasión de adquirir las competencias propias de esta inteligencia, en base a modelos naturales emocionales e intelectuales de formación de la conciencia que tienen lugar a lo largo del devenir vital desde la más temprana niñez. 
Más bien todo lo contrario. 

Todos ellos han desarrollado esta inteligencia mediante procesos metacognitivos que obedecen a patrones y métodos de aprendizaje que no involucran de forma connatural el uso de estas tecnologías, lo que les limita y, en muchos casos, dificulta la manera de procesar la información y su forma de pensar e interactuar en el Ciberespacio y en el desenvolvimiento de nuevas formas de socialización en los entornos virtuales.

Siguiendo el paradigma de los flujos migratorios que tienen lugar en los espacios geográficos físicos, al igual que el extranjero cuando se ve obligado a socializarse en una tierra extraña con quienes pueden observarle con ojos de desconfianza por tener una identidad cultural diferenciada, los inmigrantes digitales pueden ser estigmatizados de la misma manera por los nativos, ante sus dificultades para integrarse e interactuar en la comunidad a través del Ciberespacio; y los inmigrantes, a su vez, pueden observar y estigmatizar a los nativos por su rechazo a otras prácticas y/o hábitos de socialización más tradicionales. 

Para poder paliar los efectos y consecuencias derivadas de las brechas que ha abierto el desarrollo de estas tecnologías y su impacto en el acceso y creación de la Cibercultura como nuevo paradigma de la interculturalidad, Levy advierte que es necesario procesos de alfabetización digital de estos nuevos inmigrantes de modo que adquieran:

-Las competencias necesarias para realizar juicios de valor informados acerca de la información que pueda ser obtenida on line de modo que puedan valorarla en base
a juicios morales de pensamiento crítico.

-Destrezas de lectura y comprensión en un entorno de textos dinámicos y no secuenciales.

-Destrezas para formar un pensamiento crítico mediante la construcción de bloques de información fiables procedentes de diversas fuentes, y la capacidad de recoger y evaluar tanto las noticias como las opiniones que hagan de ellas los demás en base a juicios de conciencia propios y sin sesgo.

-Habilidades de búsqueda, esencialmente basadas en motores de búsqueda en Internet.

-Destrezas para valorar las herramientas del sistema como apoyo a los formatos tradicionales del contenido.

-Concienciación acerca de la existencia de otras personas con quienes se puede entablar las formas de socialización a través de comunidades virtuales 2.0.

-Competencias para comprender los riesgos inherentes a las fuentes de información ya las formas de socialización que pueden tener lugar en el Ciberespacio y para adoptar las decisiones y seguir los pasos necesarios para resolverlos.

-Competencias para asumir en base a la propia conciencia la densidad relacional y cognitiva de las comunidades virtuales y de la inteligencia colectiva que en ellas se producen.

Aunque aún subsiste una brecha insalvable en la manera de procesar la información y su forma de pensar e interactuar en el Ciberespacio; la adquisición de
todas estas competencias por parte de los inmigrantes digitales en base a procesos metacognitivos, va a reducir las distancias que les separan con respecto a los nativos digitales en relación con el uso y el manejo de las tecnologías de la sociedad y del conocimiento. 
Todos ellos tendrán igualdad de oportunidades para ser alfabetizados, podrán poder participar activamente en la vida política, social, económica y cultural de la comunidad a través de Internet. en tanto en cuanto Homo Sapiens Digitales, tal y como los denomina Prensky.

Individuos que aceptan la sabiduría digital en los términos antes descritos como una parte integrante de la propia conciencia, tanto en la forma en que acceden y mejoran las herramientas tecnológicas a fin de complementar sus capacidades innatas, como en la forma en que utilizan dichas herramientas para mejorar la toma de decisiones y las relaciones sociales que pueden entablar a través de la Red. 

Así entendida, la inteligencia digital se integrará en el sustrato más esencial de la personalidad de los sabios digitales como el atributo propio de la conciencia personal que, junto a la inteligencia cultural, preside el dialogo y las formas de socialización interculturales que están teniendo lugar actualmente en el Ciberespacio.

A modo de conclusión

Los procesos de secularización y los flujos migratorios que han acontecido en las últimas décadas en los países occidentes han dado lugar a modelos de sociedad pleurales desde el punto de vista cultural. 
La existencia de esta diversidad ha sido atendida por los poderes públicos mediante políticas de gestión bien diferenciadas entre sí, que van desde la asimilación de las identidades culturales diversas a la de la mayoría de la población o su integración en claves de respeto a los diverso, pero sin que tenga lugar el mestizaje entre todos ellos en base a concepciones liberales y/o sociales del multiculturalismo. 

El devenir de los años ha puesto en evidencia el fracaso de las decisiones basadas en estos modelos dado que han generado situaciones de desigualdad y exclusión social tanto de los colectivos como los sujetos individuales que poseen señas de identidad diferenciadas a las de la mayoría de la población de acogida.

La superación de las deficiencias de este tipo de políticas requiere la adopción de medidas en base al paradigma de la interculturalidad que es un modelo basado en políticas que fomenten el encuentro entre personas y grupos de culturas diversas y que promuevan la participación activa de la sociedad civil en todos ellos en claves de respeto y de reconocimiento de lo diferente como un valor positivo y enriquecedor para la propia comunidad. 

Formas de dialogo intercultural cuyo fomento ya ha dejado de ser una utopía gracias, sobre todo, a las nuevas formas de socialización que tiene lugar en el denominado Internet de las cosas en el auge la Era Digital y de la revolución de las tecnologías de la comunicación en la práctica mayoría de las sociedades de nuestros días. 
El libre acceso al Ciberespacio y a los entornos virtuales 2.0 se ha convertido en el nuevo paradigma de la interculturalidad al constituir un nuevo entorno de socialización libre y universal donde pueden estar en contacto entre sí identidades individuales y/o colectivas diferenciadas en tiempo real y sin barreras geográficas ni espacio-temporales.

El éxito de las políticas de gestión que fomenten las formas de socialización ciudadana interculturales depende de la inteligencia cultural que desarrollen quienes residen en este tipo de comunidades plurales y que constituye una de las inteligencias múltiples que se incorporan al raciocinio humano mediante actos metacognitivos o de conciencia. 

Éste atributo esencial de la personalidad es la que permite adquirir y desarrollar a lo largo del devenir vital las competencias y destrezas culturales que son del todo necesarias para que este tipo de encuentros tengan lugar en claves de respeto y tolerancia hacia lo diferente y que sean considerados como algo positivo y enriquecedor por parte de sus protagonistas.
A saber:

1- El reconocimiento de la cultura propia y ajena como un valor positivo.

2- Desarrollar estrategias y habilidades de ajuste entre las señas de identidad, a través de procesos de aprendizaje alternativos culturalmente adaptables que hagan posible el dialogo.

Junto el desarrollo de este tipo de inteligencia, el éxito de las relaciones sociales interculturales que tiene lugar en el Ciberespacio depende de la sabiduría digital de cada sujeto, esto es, su capacidad intelectual para encontrar soluciones prácticas, creativas y de contenido apropiado, y la satisfacción emocional que implica dar soluciones a los problemas humanos que tiene lugar en la Web.

Este tipo de inteligencia es desarrollada de forma natural mediante procesos internos de formación de la propia conciencia, por quienes han nacido en los albores del siglo XXI familiarizados con el uso y el manejo de las tecnologías de la sociedad de la información y del conocimiento y los avances técnicos que se producen en este campo día a día. 
En cambio, el resto de ciudadanos que se relacionan con los demás en Internet han sido alfabetizados para poner coto a las berraras tecnológicas que les separan de los nativos digitales.

Sólo así la inteligencia digital se integrará en el sustrato más esencial de la personalidad de los sabios digitales como el atributo propio de la conciencia personal que, junto a la inteligencia cultural, preside el dialogo y las formas de socialización interculturales que están teniendo lugar actualmente en el Ciberespacio. 
La conciencia es, en conclusión, el atributo de la personalidad paradigma de la interculturalidad y la principal fuente de producción de la Cibercultura.

Si además de usar el teléfono móvil racionalmente, tal como la telefonía fué concebida, ésto es; *hablar*-*comunicarse*, y sacarle el provecho con aplicaciones que resuelvan problemas, y, sacarle el máximo provecho a la participación intercultural permitiendo aportar y que nos aporten, estaremos creo, haciendo un uso inteligente de dicha tecnología. 
Invertir el tiempo de navegación para enriquecer nuestros conocimientos humanos, no tengan dudas, va a aportar a la evolución de nuestra conciencia.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***