miércoles, 22 de marzo de 2017

* John Shelby Spong; abriendo ojos 13 *

***Hermosa noche de Miércoles para todos.

Noche lluviosa por aquí, ideal para hacer silencio y dejar que hable..John Shelby Spong;





-Isaías II. El siervo de Yahvé

Si les preguntara, a un grupo de personas normales, aunque fueran creyentes, por cuál fue el mensaje principal del Deutero Isaías, sospecho que sólo vería, como respuesta, un conjunto de miradas y de caras raras. Pero si les preguntara por *El Mesías* de Händel, seguro que algunas manos, incluso muchas, se levantarían para responder. Lo triste de nuestro sistema educativo, tanto civil como eclesiástico, es que poca gente sabe que el Mesías de Händel es una composición cuyo texto está
tomado, en gran medida, del Deutero Isaías si bien el *esperado* del texto y de la pieza no es Jesús, cuya llegada celebramos en las navidades, sino una figura mítica a la que conocemos como el *Siervo* o, mejor, el *Siervo sufriente*.

En un magnífico solo para contralto, Händel pone música a las palabras del Segundo Isaías que dicen: *fue despreciado, rechazado, fue varón de dolores, familiarizado con el sufrimiento*, y tampoco entonces se refiere el texto a Jesús sino al Siervo creado por el profeta. No obstante, la identificación entre el Siervo y Jesús no debería sorprendernos pues el evangelio más antiguo, el de Marcos, se basó, en gran parte, en el Segundo Isaías para componer su propia narración de la Crucifixión.

La gente está acostumbrada a leer la historia de Viernes Santo como si fuera un recuerdo: un relato con base histórica acerca de lo que pasó en las horas que precedieron a la muerte de Jesús. Pero los cap. 14 y 15 de Marcos no son eso. Esos dos capítulos nos ofrecen, más bien, un retrato interpretativo de la muerte de Jesús, creado no a partir de los testimonios de algunos testigos presenciales de los hechos sino a partir del texto del Segundo Isaías, sobre todo su cap. 53. El Deutero Isaías, y no los hechos, fue la fuente de donde proceden todos los detalles que luego se han vuelto familiares para nosotros dentro del relato de la Pasión y de la Crucifixión.

Por ejemplo, el silencio de Jesús ante los acusadores =*fue oprimido y él se humilló y no abrió la boca*, Is. 53:7=. Por ejemplo, la existencia de dos ladrones a cada lado de la cruz =*indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado*, Is. 53:12=. Por ejemplo, que hubo un hombre rico, llamado José de Arimatea, que proporcionó la tumba donde enterrar el cuerpo de Jesús =*y se puso su sepultura con los malvados y con los ricos su tumba*, Is. 53:9=.
También la interpretación de la muerte de Jesús como sufrimiento vicario proviene del Deutero Isaías.

El Siervo fue castigado en lugar de los culpables y Jesús igual: sufrió en nuestro lugar lo que nosotros merecíamos pero él no. Acerca del Siervo, había escrito Isaías II lo que luego algunos aplicaron a Jesús: *eran nuestras dolencias las que él llevaba, y nuestros dolores los que él soportaba. Lo tuvimos por azotado, por herido de Dios y humillado. Fue herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz y con sus moraduras fuimos curados* =Is. 53:4-5=.
*… Él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes* =Is. 53:12=.

Esta interpretación fue primero de Pablo y luego Marcos y los otros Evangelistas la adoptaron.
Es más, estas palabras están tan asociadas en nuestra memoria con Jesús que la mayoría de la gente cree que se escribieron refiriéndose a él. La tan familiar interpretación de la cruz =*Jesús murió por mis pecados*= creemos que procede directamente del Segundo Isaías cuyo texto sólo vale porque profetizó, con siglos de antelación, lo que pasó con Jesús. La comprensión católica de la Misa como sacrificio, y como que Jesús paga el precio del pecado de Adán para traer la salvación, también procede del Deutero Isaías.

Las palabras de estos capítulos de Isaías II han modelado tan profundamente el cristianismo que hemos absorbido, por una especie de *osmosis religiosa*, mucho de él en nuestra mente, consciente e inconsciente. Lamentablemente, en la historia cristiana, cuando estas palabras se propusieron literalmente como una doctrina y un dogma, rápidamente empezaron a darse algunas distorsiones interpretativas que aún pesan gravemente sobre la intelección de la fe cristiana, donde la sangre, el sacrificio, la culpa y la expiación son mucho más determinantes de lo que debieran, y de una forma inapropiada además.

Sin embargo, no fue éste el sentido original de las palabras del profeta. ¿Cuál fue, entonces, su sentido? ¿Quién era el Siervo? Para responder a estas preguntas debemos emprender un análisis histórico del Deutero Isaías, el cual es, en mi opinión, el fragmento más importante e influyente de todos los libros proféticos judíos.
El libro del Segundo o Deutero Isaías reúne las palabras de un judío desconocido, que vivió al final del período del exilio babilónico, aproximadamente entre 550 y 500 aC.
Lo que puso fin a este período fue el auge del poder de los persas =básicamente, el Irán actual= que desafiaron la hegemonía de los babilonios =hoy, Irak=.

Ciro, el rey que dirigió la invasión persa, despertó tal esperanza entre los cautivos judíos que el Deutero Isaías lo describió con estas palabras: *¡Cuán hermosos son por los montes los pies del mensajero que trae alegres nuevas, de aquel que anuncia la paz, que trae las nuevas del bien, que publica la salvación y dice a Sión: '¡Tu Dios reina!'!* =Is. 52:7=. Ciro era famoso por su política de permitir que los pueblos conquistados retornasen a sus tierras de origen; y tal reputación alimentaba la esperanza de los judíos. Este pueblo exiliado, que iba a ser beneficiado por la política de Ciro, lo constituían los nietos y biznietos de quienes, 50 a 60 años antes, el ejército babilonio arrastró al exilio.

Por eso ellos veían a Ciro como el instrumento divino que les permitía volver a casa. La belleza de Jerusalén, la gloria y la grandeza de la patria judía, se la habían transmitido los que murieron en cautiverio, a ellos, que nunca habían pisado aquella tierra.
Las fantasías que rodeaban su deseo de regresar a aquella *tierra prometida* fueron creciendo tal como siempre ocurre con las fantasías carentes de alguna referencia sensible.

Estaban emocionados con la posibilidad de volver a *casa* y ello era prueba de que se había cumplido el propósito de sus antepasados inmediatos, que habían establecido las normas que los mantuvieron intactos, como pueblo identificable. Si pretendían reclamar lo que consideraban su destino nacional =ser *un pueblo mediante el cual todas las naciones del mundo serían bendecidas*=, ahora tenían que restaurar su nación en su tierra. Semejante destino sólo podría provenir de un pueblo renacido que reclamase su lugar y su honor entre las naciones y que restableciese la ciudad de Jerusalén como el centro del mundo, como el lugar =incluso= donde cielo y tierra se juntan.

Tales eran los pensamientos que alimentaban su ansia de regresar a la tierra de sus antepasados. Entonces, como los derrotados babilonios ya no eran sus señores, empezó la migración de vuelta a su hogar ancestral.
Sin embargo, aquellos exiliados, henchidos de fantasías, no estaban listos para afrontar el panorama que vieron cuando llegaron a la tierra que habían soñado e imaginado durante tanto tiempo. Judá era un erial y Jerusalén, una pila de escombros.

Bastó una mirada sobre esta devastación para que sus sueños y esperanzas se terminasen de forma radical. No había modo de que una nación tan derrotada y abatida pudiera seguir aspirando ser *luz para los gentiles*. No veían de qué manera podrían llegar a ser algún día la *bendición de todas las naciones de la tierra*. 
El judío desconocido que escribiría y se recordaría bajo el nombre casi anónimo de Segundo Isaías, al ver todo esto, se hundió también en un período de intensa depresión y oscuridad. Transitó su propia *noche oscura del alma*.

Sin embargo, cuando finalmente emergió de aquella crisis, tomó la pluma ym empezó a formular una nueva vocación para su pueblo, una misión cuya base era el hecho de que ya nunca más volvería a ser un pueblo poderoso, y que ya nunca más volvería a ser un estado famoso ni a contarse entre las naciones importantes del orbe. Con sus palabras personificó el drama de la nación judía y la situó bajo un símbolo de aquel a quien llamó sencillamente el *Siervo*. Tal fue el contexto histórico en el que surgió esta mítica figura.

La misión del Siervo, escribió el Segundo Isaías, sería cargar con la aflicción, soportar el dolor de estar entre los descastados de la tierra. El Siervo no respondería con odio al odio, ni con agresión a la agresión. Al contrario, asumiría los ataques a su dignidad y lo que devolvería sería gentileza. Así se apropiaría el Siervo la ira del mundo y, en el proceso, la transformaría en amor del que brotaría plenitud. El Siervo pagaría el precio de la contrariedad de otros haciéndola suya sin buscar revancha.
Al hacerlo, traería vida al mundo: *por sus llagas somos sanados*.

La nueva vocación para el *pueblo escogido* de Dios ni que decir tiene que no fue popular. Nadie se siente atraído por una perspectiva de sufrimiento perpetuo, que le parece masoquista. El deseo humano, que es si no sádico narcisista, es siempre de revancha, de protegerse a sí mismo y de sobrevivir mediante el uso del poder. Así que la imagen vicaria del Siervo, acuñada por el segundo Isaías, languideció. Pero las palabras de este
desconocido visionario del exilio judío se copiaron en el espacio en blanco del rollo del profeta Isaías.

Esto comportó que, a lo largo del tiempo, sus asombrosas e increíbles expresiones se leyeron periódicamente en la sinagoga bajo la autoridad del nombre Isaías. Así fue como los versos del Deutero Isaías, junto con su idea de una misión radicalmente diferente para el pueblo judío dentro de la historia de los hombres, pasó a formar parte, de forma casi inadvertida, de las Escrituras que pervivieron.
En la segunda mitad del siglo primero de nuestra era, los discípulos de un tal Jesús reconocieron, en la descripción del Siervo del Deutero Isaías, una forma de poder entender e interpretar la experiencia de aquel que les enseñó que el amor debe llegar incluso a los enemigos y que fue crucificado por sus enseñanzas.

Aquellos discípulos interpretaron que Jesús encarnaba la misión del Siervo, es decir, que él había absorbido la ira y el odio del mundo, los había transformado y los devolvía en forma de amor.
Por eso se apropiaron de aquella imagen y la usaron para contar la historia de Jesús.
Este notable libro supuso un nuevo salto en la conciencia humana.

En las palabras de un desconocido del siglo VI aC., se muestra una visión de la vida humana que trasciende la mentalidad de supervivencia del pasado evolutivo humano. Si la supervivencia del más fuerte, tan natural en los seres vivientes de la *jungla* que es la vida, llegase a convertirse en el único propósito de los seres humanos, entonces la vida humana terminaría en un único superviviente, cuya muerte significaría la desaparición de la faz de la tierra de todo este gran experimento de vida consciente que somos. Tal como observó una vez Gandhi, seguir la regla del *ojo por ojo* llegaría a un punto en que quedaríamos todos ciegos.

Hemos llegado al tope de la cadena, de manera que, si no podemos avanzar más allá, el genocidio es nuestro destino natural. Sólo una nueva conciencia puede romper este ciclo. Y el segundo Isaías ofrece una representación de la vida humana que trasciende la mentalidad de sólo supervivencia a costa de otros; sugiere que la vida es un don cuyo sentido es ser entregado con amor a otros. Sorprende que un judío desconocido concibiera esta idea hace dos mil seiscientos años, y que la
describiera con tanta elocuencia, hasta crear un texto universal, repleto de palabras de esperanza.

Lainclusión del Deutero Isaías en la Biblia no deja de ser objeto de asombro y es una de las razones por la que podemos llamar, a este libro de libros, *Sagradas Escrituras*.

John Shelby Spong.

Gilgamesh***

8 comentarios :

לחיים dijo...

+1.

Just in Time ! dijo...

Comparto esta info que refiere a posible vuelco polos magnéticos de la Tierra:

https://outofthisworldx.wordpress.com/2017/03/22/richard-x-flux-ropes-electromagnetic-filaments-connect-saturn-with-the-sun/

Datos del satelite Cassini se incluye en el informe.

Just in Time ! dijo...

Me faltó este otro comentario al respecto:

https://outofthisworldx.wordpress.com/2017/03/13/richard-x-update-any-moment-earth-will-flip/

Just in Time ! dijo...

Perdón! Este también era muy interesante al respecto:

https://ccmc.gsfc.nasa.gov/ccmc-swrt-display/SWMF-RCM/index.php

Unknown dijo...

Me encanta estás publicaciones a mi en lo personal me ayudan mucho a comprender cosas sobre la historia de la Biblia y las religiones y sus personajes muchas gracias amigo y esperando 14 jajajaja un gran abrazó



Águila Solitaria dijo...

Buen dia buena nevada familia mucho amor y sonrisas Que la calma se extienda que el mar sea como la suave superficie del jade y que los rayos del sol y la luna dancen por siempre en vuestro corazon

elerizo dijo...

...Saludos gente..siempre me asombro con este erudito señor, al que habitualmente confundo el apellido.. Cuando te rodea un ambiente católico,aún es peor,pues cuando aprendes estas cosas y superada la repugnancia inicial por tanta manipulación y maltrato..tus "cercanos" que han notado el cambio, te preguntan opinión...y en un principio pensé en "la espada"..pero en esta ocasión,parece que la gente comienza a permitir entrar, otras "posibilidades"..algo está cambiando..Namasté.
Pd: ..Gracias Jao..

Gilgamesh dijo...


EN LA GUARIDA CON FRANA-Alejandro-eleritzo espaider y 4+;
muchas gracias.


Jaomart;
muchas gracias por los links, hermano estás afinando la puntería ..jeje, con esos datos voy a hacer un próximo post, ¡¡gracias!! abrazo.


Néstor González;
¡¡cuánto me alegro!! gracias a vos Néstor, abrazo.


Águila Solitaria;
¡¡que así sea cumpa!! amor y abrazos fraternales.


eleritzo espaider;
¡¡¡mucho está cambiando Zito!!! fuerte abrazo.