lunes, 22 de enero de 2018

* Carlitos *

***Feliz inicio de semana para todxs.

Generalmente todo *inicio* conlleva espectativa y en mayor grado esperanza.
Empezar un año nuevo, una semana o un nuevo día siempre es o debería ser motivo de esperar que sea bueno.
Desde hace milenios...millones de pequeños seres humanos guardaron la misma espectativa, pero..¿qué dice la cruda realidad? cuando ponemos un espejo y nos miramos o encendemos un escanear para radiografiar a la sociedad de la cual formamos parte..., la radiografía siempre parece ser la misma.

El uso de *sociedad enferma* fue propuesto y utilizado por el Psicólogo Psicoanalista de origen alemán Erick Fromm, quien empleó el término en su libro *The Sane Society* , titulado en español *PSicoanálisis de la sociedad contemporánea*, publicado en el año 1955 y habiendo transcurrido más de cincuenta años de su propuesta, este sigue vigente.
Quizás existen dudas en que grado de enfermedad pueda padecer una sociedad, pero no existe duda de la existencia de sociedades enfermas.



Opiniones;

Año 2014-Miguel Maldonado-Médico Psiquiatra y Legista-Argentina;

-El hombre, a través del tiempo, ha sido en general violento, agresivo, arrollador e indiferente al padecer de sus congéneres. Sin embargo, el avance de la civilización permitía albergar esperanzas de que el hombre dulcificara sus conductas y construyera una sociedad más buena, justa y altruista.
Craso error: hoy el mundo es más letal y destructivo que nunca, y la violencia es una pandemia a nivel mundial.
Nuestro país, que nunca estuvo a la vanguardia de los países violentos, hoy comienza a trepar en las estadísticas posicionándose como una sociedad atrapada en una espiral de violencia.

Los hechos inesperados y casi absurdos que han ocurrido permiten corroborarlo.
Estos casos paradigmáticos llaman la atención por lo inesperados, insólitos, violentos y con ribetes extravagantes, a lo que se suma la delincuencia cotidiana.
Este escenario muestra el perfil peligroso de nuestra sociedad, que exhibe armas y droga en todos los estratos sociales, y en toda su geografía, tensiones sociales, padecimientos económicos, ausencia en vastos sectores de elementales reglas de convivencia y de sentimientos altruistas, lo cual torna difícil la vida de todos los habitantes.

¿Es la nuestra una sociedad enferma? ¿tiene cura? ¿podremos algún día vivir en paz, en libertad y en democracia plena?
Si alguien tiene las respuestas, todos estaremos agradecidos de conocerlas.



Año 2015-José Aníbal Cruz García-Escritor-República Dominicana;

-En el libro, de mi autoría: *Crisis y decadencia de una sociedad enferma* publicado en Marzo, 2015 hago un análisis de síntomas y signos llegando al diagnóstico de enfermedad, presente en la sociedad dominicana, y prosigo:

*una sociedad dada donde lo material se convierte en una obsesión desmedida, donde el tener se convierte en un pensamiento alienante, donde el tener vale más que el ser, pensar que tanto tienes, tanto vales, donde el egoísmo, la envidia, la discriminación y la competencia hacia otros destruyen los sentimientos de solidaridad humana, una sociedad donde se rinde culto a la belleza física, utilizando el alcohol y las drogas en forma excesiva para manejar la ansiedad existencial creada por las demandas de competencia y de consumo, en que la violencia, la delincuencia, las drogas, el sicariato, el irrespeto y el desorden institucional abarcan todos los renglones del estado, una sociedad donde se violan las leyes, donde el dinero y la corrupción se vuelven pasión universal, abandonando los buenos modales, el cultivo de la intelectualidad y el crecimiento espiritual*.

Nuestra sociedad sin duda está incluida dentro del diagnóstico de enfermedad y cuando observamos la descomposición social que nos embarga, donde los principios de adhesión humana se han perdido, se han extraviado los valores morales como la honestidad, la vergüenza, la decencia y la lealtad, se ignoran los principios familiares, se confunden los valores patrios y frente a esta crisis y decadencia moral, nos hemos convertido en espectadores indiferentes que han perdido la capacidad de asombro como una expresión más del malestar que nos agobia.

Vivimos en la civilización del entretenimiento, el ocio se ha convertido en la actividad número uno, acompañado de la farándula y el espectáculo, se ha olvidado cultivar las buenas formas, se ha perdido el incentivo cultural de las letras y las bellas artes clásicas, se han desechado los buenos modales para sustituirlos por lo vulgar, soez, y lo irrespetuoso.
Se ha sustituido el ser por el tener, se ha perdido el sentido propio de quien soy por el que soy; soy el vehículo que conduzco, soy el yate y la villa que poseo, soy la marca de ropa que llevo, y por lo que tengo seré valorado o seré despreciado.

Vivimos en un mundo regido por un hábito de consumo que se ha adueñado de todos, hemos perdido nuestra identidad, somos prisioneros del consumo, pertenecemos a una sociedad que crea una falsa percepción de que es más feliz el que más consume, el que trabaja produce más y gasta más al consumir bienes no necesarios, más bien deseos ostentosos, superfluos.
A medida que consumimos nos endeudamos, ya que el *hábito de ahorro*, del hombre de la sociedad del siglo XIX ha sido sustituido por el consumo, originando un aumento del gasto a medida que adquirimos nuevos vehículos, vacaciones costosas, residencias fabulosas, joyas y prendas valiosas, un ciclo vicioso que parece no tener fin.

Vivimos en una sociedad que se encuentra dentro de la estructura socio-política y económica del capitalismo neoliberal, sistema importado de países ricos y pobremente adaptado a nuestra realidad social, acompañado por un gobierno enfermo de corrupción administrativa, adicto a la impunidad, y por una justicia enfermiza, decadente, carente de un sistema de consecuencias, causante de los malestares mencionados, que sitúan nuestra sociedad bajo el calificativo de *sociedad enferma*.



Año 2016-Carlos Gustavo Álvarez G.-Periodista y Escritor-Colombia;

-Cuesta mucho pensar en la viabilidad no solo del posconflicto, sino de cualquier sociedad, de cara al horror que producen las cifras de violencia intrafamiliar que trae el más reciente informe Forensis, del Instituto de Medicina Legal.
No solo horror.
Produce escalofrío y desolación conocer que son tantos los hogares colombianos epicentro de agresiones físicas y sexuales, muchas de ellas contra niños, adolescentes y adultos mayores.
Los más vulnerables.
Hogares que son infiernos...

Año 2017-Ramón Andrés-Poeta y Ensayista-España;

-Desechar, desperdiciar, tirar lo que sea, comida, ropa todavía en buen uso, teléfonos móviles aprovechables, ya forman parte de una ideología, la ideología de la depredación. Es concebir lo producido, lo nuevo, como materia desechable. Nada puede durar porque, de lo contrario, nos activa un mecanismo de hastío. Soportar demasiado tiempo la misma cosa, el mismo objeto, nos angustia. Si pudiéramos visualizar lo que se rechaza cada día llegaríamos, en el mejor de los casos, a la conclusión de que somos una sociedad a la que ha enfermado la comodidad y la molicie.
Cada uno lleva tras de sí un vertedero.

El individualismo ha gestado, gracias a un presunto bienestar y a una carrera sin límites para ser mejor que el otro, un narcisismo que ha derivado en la creación de un individuo anegado de subjetividad. Este poner cercos a uno mismo, este cultivar el propio terreno como un cacique lujurioso, ha incidido en que el prójimo sea un ente cada vez más difuso. El amor a la exhibición del cuerpo en gimnasios o pasarelas no es más que una muestra de esta subjetividad tan exhibicionista como impúdica.
Todavía no sabemos qué hacer con la técnica, con la ciencia; son las nuevas divinidades.



En la medida en que sentimos una necesidad de libertad, lo lógico sería no caer en la tentación de crear dioses. Sin embargo, lo hacemos. En nuestros tiempos ha ocurrido algo grave y sustancial: el haber accedido a ser dominados por la técnica nos ha convertido en seres sin memoria.
El pasado ya no es referencia pese a ser lo único sólido para poder reconocernos como especie.
Lo que nos aparta de nuestra genealogía como humanos nos animaliza.

Haber concebido Europa, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, como una entidad económica es el peor de los anuncios para una cultura cuyo cimiento es o fué, el crear a través del pensamiento. Además, esta entidad económica está pésimamente diseñada, porque gracias a las diferencias de rendimiento económico entre los países se han creado diversas Europas dentro de Europa, un mal encaje que acrecienta la desigualdad.
Hoy las ideas del Humanismo están en retirada, acosadas, o mejor decir asaltadas, por esa dictadura del dinero.
Ni siquiera hemos sabido interpretar el capitalismo.
Lo hemos hecho de manera salvaje, y el que antaño era ciudadano hoy es un cliente más de esta sinrazón que nos ha expoliado.

Enero de 2018..., ¿vamos mejor o peor?, iremos al planeta Marte, sacaremos minerales de la Luna, modificamos genéticamente los alimentos, llega la inteligencia artificial, creamos con impresoras 3D, llevamos el mundo entero en un teléfono móvil, sacamos energía del Sol y del viento, y bla bla bla..
Pero nos seguimos matando, maltratando, denigrando.
La Utopía..es un necesario pulmotor sin el cual..vivir..es una condena.



Aguante.., soporte.., eluda.., pero no espere lo que nunca llegará adonde la mezcla de luz y obscuridad no va a ser ni luz ni obscuridad, sino ese subproducto dual que somos o que es ésta realidad que nos encuentra *tripartitos* viviendo en una unidad utilitaria llamada cuerpo, ser humano.
Cucharada amarga..¿no?..
La Utopía necesaria consiste en una batalla interior, la del cuerpo está perdida desde el mismísimo instante en que nacemos y comienza la carrera contra la ineludible descomposición y desaparición, y si de algo nos sirve el cuerpo es apenas para andar, y andando..hacer real la única Utopía posible; desprogramar lo programado por el vehículo invisible llamado Alma, y a eso sólo lo logra el invencible Espíritu.

Atrapado y adormecido, el Espíritu debe necesariamente dar la batalla interna y prevalecer.
Depurar el Alma y transcurrir eludiendo, aguantando, soportando lo que dure la demencial experiencia de alguien que se divierte y mucho con éste perverso juego.

La Utopía se vuelve efectiva cuando la desprogramación nos permite al menos tener pequeños o grandes actos de Amor, que no deben ser pensados o interpretados como el triunfo sobre un mecanismo invencible que lidera en su ámbito o entorno, aquí no hay victorias que solucionen la raíz del mal, esa victoria no está en nuestras pequeñas existencias dependientes de más de siete mil millones de existencias, porque eso es el mundo, una licuefacción de multiplicidades incapaces de tener un mismo objetivo.

Tu micromundo, mi micromundo, son el único ámbito donde podremos ver ciertas victorias, si fuera contagioso todo habría cambiado pero evidentemente ni cambió ni va a cambiar, razón que aún siendo una quimera, hace a esa batalla interna imprescindible que nos permita haber pasado por aquí y dejar lo mejor, pese a todo.
Un día nos iremos y aquí seguirán las mismas distopías, lo que nos espera luego de partir..eso lamentablemente cuando me toque, no te lo podré relatar.., pero vale pena hacer el esfuerzo de intentarlo.

En memoria de mi Primo, que en éste Enero 2018 se ha ido de la materia.
Gracias por los breves tiempos compartidos en una vieja infancia de la cual sólo quedan los lindos recuerdos.
Que el Padre lo reciba en su Santa Paz.
Hasta pronto Carlitos.



Gilgamesh***

3 comentarios :

לחיים dijo...

+1.

Que AB-BA lo reciba en el Pleroma......

¡¡¡Hasta pronto CarlitoS!!!......

LEHAIM.

Unknown dijo...

+10.
Hasta pronto Carlitos!!
Buen retorno...!!

Abrazote inmenso Gilga!!

Gilgamesh dijo...


Vandinha-Jenny1-Manotas-Belen Salazar-eleritzo espaider-Alejandro Arrabal Díaz-Faby Agnor;
muchas gracias.


Alejandro y Faby;
en su nombre ¡muchas gracias!